
¿Por qué se apaga la luz del interior en las fases de despegue y descenso del avión?
Probablemente te habrás fijado en que las luces de la cabina se atenúan o incluso se apagan durante las fases de despegue, descenso y aterrizaje del avión, ¿verdad?
Aunque pueda parecer un simple detalle sin importancia, lo cierto es que detrás de este gesto rutinario hay una explicación muy práctica y vinculada directamente con la seguridad aérea. No es una cuestión de ahorro energético ni de comodidad, sino una medida pensada para proteger a los pasajeros y a la tripulación en las fases más críticas del vuelo, como te vamos a contar desde Parking del Aeropuerto en este nuevo artículo.
Una medida de seguridad y adaptación visual
Tanto el despegue y descenso del avión como su posterior aterrizaje son los momentos más críticos y en los que más probabilidades existen de que se produzca una incidencia aérea.
En estas fases en las que el avión está más próximo al suelo puede ser necesario realizar una maniobra de emergencia —como una evacuación o un frenado brusco— y esta debe hacerse en cuestión de segundos. Y para que tus ojos se adapten rápido a la luz exterior y tu visión esté preparada para lo que pueda pasar, se reduce la intensidad de la iluminación interior.
Entonces, ¿por qué se produce también en los vuelos diurnos?
En vuelos nocturnos, esta medida es especialmente importante. Si se produjera un apagón o hubiera que abrir las puertas de emergencia, la adaptación visual a la oscuridad sería inmediata y te permitiría localizar sin dificultad las señales luminosas del suelo o las salidas de emergencia.
En vuelos diurnos, puedes pensar que esta medida es contraproducente porque tus ojos se acostumbrarán a la oscuridad y se deslumbrarán como cuando sales de un túnel si hubiera una incidencia que requiriera salir al exterior. Sin embargo, este gesto de bajar la intensidad de la luz aunque vueles de día también contribuye a equilibrar la visión entre el interior y el exterior, reduciendo el deslumbramiento que puede generar el contraste.
Bajar la luz en el despegue y descenso del avión ayuda a la tripulación
Otra razón técnica para apagar las luces durante las fases de despegue y descenso del avión, así como durante toda la fase de aterrizaje y toma de contacto en tierra, tiene que ver con la tripulación. Al reducir la iluminación, los pilotos y asistentes de vuelo pueden identificar con mayor facilidad las luces o señales externas y las indicaciones del tráfico aéreo cercano o incluso del propio avión.
Además, en caso de emergencia, las luces de evacuación, que se encienden automáticamente, destacan mejor en un entorno más oscuro, guiando tanto a los pasajeros como al personal de cabina hacia las salidas.
Por tanto, esa bajada de luz que experimentas antes del despegue o el descenso y aterrizaje del avión no es un capricho: forma parte de un protocolo internacional de seguridad, supervisado por organismos como la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional), y está pensado para minimizar riesgos y ganar segundos vitales en caso de incidente.
Antes de volar: tu seguridad también empieza en tierra
Así como las aerolíneas cuidan cada detalle para tu seguridad y confort a bordo, tú también puedes hacer lo mismo desde el momento en que sales de casa.
Si vas a viajar en avión y no quieres renunciar a la comodidad que supone desplazarte en tu propio vehículo, aparcar tu coche en un parking privado y económico cerca del aeropuerto es una decisión práctica y segura.
Evitarás el estrés de buscar aparcamiento, ahorrarás tiempo y te asegurarás de que tu vehículo quede vigilado durante todo el viaje. Porque, igual que en el avión, la tranquilidad empieza mucho antes del despegue, contacta con nosotros si buscas aparcamiento en el Aeropuerto de Madrid al mejor precio.

